La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos está llevando a cabo un proyecto que se desarrolla durante cuatro años que tiene como objetivos, entre otros:
Con este proyecto, UPA vuelve a ser pionera en una temática cuya difusión y conocimiento por parte de los agricultores y ganaderos es imprescindible. Asimismo, debemos prepararnos para el futuro próximo donde el cálculo de la huella de carbono se va a convertir en un elemento comercial más, valorado por los consumidores de cara a adquirir nuestros productos. Las ventajas que obtendremos son múltiples, sin olvidar que la situación económica tan precaria de la mayoría de nuestras explotaciones se verá mejorada gracias a la reducción de los costes de producción, al disminuir los costes energéticos.
Para llevar a cabo estas auditorias, se realizará el Análisis de Ciclo de Vida de la operativa de los diferentes modelos de establecimiento identificados en la explotación a lo largo de un año. Se diseñará el Ciclo de Vida correspondiente a una explotación tomando valores promedio. Tras la finalización del diseño se presentarán los correspondientes informes gráficos y de verificación con los resultados del cálculo de Huella de Carbono. Este análisis será contratado a una empresa profesional. Los cálculos de huella de carbono y los análisis de ciclo de vida serán realizados según la norma ISO 14064 e ISO 14040 respectivamente.
Estas auditorias serán llevadas a cabo por una empresa auditora de Eficiencia Energética externa.
La auditoría consistirá en testar y analizar todos los consumos energéticos de la explotación, analizando los puntos críticos y proponiendo medidas correctoras que reduzcan el consumo energético.
Sobre la base de datos obtenidos de cada una de las explotaciones, se realizará la auditoria con el objeto de conseguir ahorros y eficiencia en el uso de la energía. Se seguirá el modelo de auditoria puesto en marcha por el IDAE. Los resultados de las auditorias serán presentados a cada agricultor.
Posteriormente se realizará un seguimiento para ver el resultado de la puesta en marcha de dichas medidas. La propuesta puede ir desde cambiar los parámetros de la contratación que se tenga de la energía eléctrica hasta cambiar determinados elementos que consumen energía hacia otros más eficientes, pasando por introducir elemento que hagan que nuestra factura se reduzca como las baterías de condensadores.
El resultado de esta auditoría es la reducción del consumo energético y/o la reducción de la factura energética.
Consistirá en la recopilación y estudio de datos recogidos en las explotaciones, de tal manera que se realizarán los cálculos necesarios, esquemas y diagramas que describan las situación actual así como las propuestas de mejora, su rentabilidad y los cálculos de aspecto económico de dichas propuestas. Los objetivos que se analizarán en cada caso serán:
Se realizará un estudio sobre las posibilidades de desarrollo de energías renovables. Se trata de identificar el potencial productivo de energía eléctrica para las situaciones particulares de cada explotación. Se analizará el recurso eólico, las horas de sol, orientación, posibilidades de conexión a red, posibles limitaciones medioambientales, disponibilidades de purines y otras materias biodigestables,.. y todo ello con la idea de proponer los mejores emplazamientos posibles según las diferentes tecnologías.
Como forma de complementar las auditorías energéticas, según la metodología propuesta por el IDAE, desde la organización del proyecto se decidió realizar, simultáneamente el estudio de implantación de energías renovables.
La simultaneidad de la ejecución se justifica para evitar duplicidades tanto en la fase de medida como en la fase de cálculos. Los estudios de Implantación de energías renovables se estructuran en las siguientes etapas:
La huella de carbono es "la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto" (UK Carbon Trust 2008). Tal impacto ambiental se mide llevando a cabo un inventario de emisiones de GEI siguiendo normativas internacionales reconocidas, tales como ISO 14064-1, PAS 2050 o GHG Protocol, entre otras. La huella de carbono se mide en masa (gramos, kilogramos, toneladas...) de CO2 equivalente (CO2e o CO2eq).
Este análisis abarca todas las actividades de su ciclo de vida (desde la adquisición de las materias primas hasta su gestión como residuo) permitiendo a los consumidores decidir qué alimentos comprar en base a la contaminación generada como resultado de los procesos por los que ha pasado.
En primer lugar, porque permite tomar conciencia de la contribución de cada actividad a la emisión de GEI y porque permite detectar puntos críticos en cuanto a emisiones y plantear medidas correctoras que tenderán a:
Hoy por hoy no existe todavía una conciencia generalizada ni entre los productores ni en los consumidores de esta cuestión. Sin embargo, ya están empezando a proliferar iniciativas que tienden a calcular y valorar las emisiones de GEI de los diferentes productos alimentarios. Estas iniciativas son especialmente intensas en Reino Unido, Francia y Alemania.
Lo que hasta ahora se puede considerar como una mera anécdota puede convertirse en los próximos años en un elemento comercial de primer orden. A nadie se le escapa que la valoración ambiental de nuestras emisiones podrá derivar en una valoración "económica", ya que si nuestros productos tienen emisiones elevadas podrá ser utilizado como una herramienta comercial para depreciarlos o incluso para vetar su acceso a determinados mercados.
Por ello es fundamental, en primer lugar, conocer cuál es la rea - lidad de nuestras producciones en cuanto a emisiones de GEI y, posteriormente, diseñar una estrategia que permita a nuestra agricultura y ganadería estar bien posicionadas para afrontar este reto que nadie discute.